Los tipos de piel
Se distinguen por categorías. Es posible que tengas un tipo de piel primario, tipo secundario y condiciones específicas (No todas las personas tienen algún tipo secundario).
Identificar esto te permitirá conocer en qué debes enfocarte y cómo debe ser tu rutina ideal.

En este caso, profundizaremos sobre los tipos de piel primaria y cómo identificarlas. Estas se clasifican dependiendo la cantidad de aceites que produce en diferentes zonas dé la cara.
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Normal: La piel está bien balanceada, no se ve grasa ni se siente tirante. Generalmente el tamaño de los poros es pequeño. La zona T puede producir ligeramente más aceites que el resto de la piel, pero no en exceso.
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Grasa: Produce exceso de aceites. Los poros tienden a alargarse para adaptarse a la producción de sebo elevada, por lo que generalmente presenta poros alargados en toda la cara.
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Seca: No produce suficientes aceites. Se siente tirante y puede tener zonas con descamación o descarapeladas.
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Mixta: Produce diferente cantidad de aceites en varias zonas de la cara. Mezclas de grasa, seca y/o normal. Prácticamente todas las pieles tienen cierto grado de piel mixta, unas más marcadas que otras.
Es importante que tengas en cuenta que a lo largo de tu vida tu tipo de piel puede cambiar. Esto depende de las hormonas, medicamentos, genética, etc.
¿Cómo identificarla?
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Cuando vayas a dormir lava tu piel con un jabón limpiador gentil como el Chamomille & Coconut Cleanser. No utilices ningún producto adicional en la piel
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Cuando despiertes, ve por un papel absorbente y presiona cada zona del rostro (frente, nariz, mejillas y barbilla)
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Las zonas donde el papel se quede pegado o absorba grasa indica que esa zona probablemente es grasa.